ESCUELA DE PAZ

CONTEXTO

La Escuela de Paz es una iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD Colombia, financiada por el Programa Noruego, que busca formar y fortalecer a organizaciones de víctimas, plataformas de mujeres, líderes y lideresas, integrantes de Mesas municipales de Víctimas, Sujetos de Reparación Colectiva, comunidades étnicas y personas con identidades sexuales diversas, que habitan los territorios más afectados por la violencia, donde tienen presencia las Circunscripciones Especiales de Paz (CITREPS), en temas de incidencia política, para fortalecer y afianzar procesos para la incidencia y el trabajo en red.

Aunque existe una política pública y una arquitectura institucional dispuesta hace más de 10 años, por la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011) para la atención, asistencia y reparación integral para las víctimas del conflicto armado, la situación de violencia armada y la vulneración de derechos humanos se mantiene en Colombia y resulta insuficiente la respuesta del Estado para garantizar verdad, justicia y reparación a cerca de 10 millones de víctimas. Las Escuelas de Paz buscan visibilizar las iniciativas locales de construcción de paz, mediante la generación y el fortalecimiento de capacidades de las personas víctimas, especialmente de las mujeres, y la puesta en marcha de escenarios de participación y diálogo para la construcción de propuestas territoriales que respondan a las visiones de desarrollo de quienes habitan los territorios más afectados por el conflicto.

LOGROS

1.

La Escuela de Paz impulsó nuevos liderazgos en los territorios y los conectó con liderazgos de larga trayectoria. Los y las nuevas líderes señalaron que a partir del proceso de formación de la Escuela ampliaron los conocimientos y afianzaron su confianza para expresar sus ideas y para construir conjuntamente iniciativas de interés comunitario. Por ejemplo, algunas mujeres lideresas anunciaron que su participación en la Escuela de Paz las impulsó a presentarse en las elecciones de las Mesas de Víctimas de sus municipios; incluso, gracias a su participación, algunas mujeres ganaron visibilidad y fueron elegidas.

2.

La Escuela de Paz ha generado pertenencia y responsabilidad genuina de los y las lideresas que participan en apoyar a las personas de su comunidad que han vivido situaciones similares de violación de derechos humanos. La Escuela ha brindado herramientas de cuidado del otro y de autocuidado para los lideres y lideresas que participaron.

3.

La participación sostenida y el compromiso de asistencia de las víctimas que participaron en los módulos de formación, a pesar de las dificultades de acceso a internet y a los largos y engorrosos desplazamientos desde las zonas donde habitan las víctimas. El PNUD se hizo cargo de la logística necesaria para asegurar la programación y participación de los y las líderes en los espacios de formación en las 16 CITREPS. Se realizaron 48 jornadas con más de 800 horas de formación.

4.

Finalizado el proceso de la Escuela de Paz los participantes aún sostienen el trabajo colaborativo en red, entre las organizaciones comunitarias, en distintos niveles. En algunos territorios, los y las líderes: comparten información de interés comunitario; en otros, realizan seguimiento a los compromisos que las instituciones asumen con las víctimas y las comunidades; en otros, propician diálogos y reflexiones sobre situaciones críticas o de relevancia en los territorios que habitan; también, generan espacios de colaboración y apoyo emocional donde se identifican acciones de resiliencia.

5.

En los espacios de formación y diálogo de la Escuela de Paz, de las 16 CITREPS, se construyeron 17 propuestas de incidencia dirigidas a más de 24 instituciones del orden nacional y regional, que involucran la participación de más de 100 funcionarios públicos. En el camino para construir los documentos de incidencia, las víctimas advirtieron la relevancia de liderar asuntos no tradicionales en la agenda de víctimas, teniendo en cuenta los enfoques diferenciales; por ejemplo: la rehabilitación psicosocial, desde una perspectiva de género para mujeres y población LGTBI. Este nuevo enfoque promovió reflexiones entre los participantes sobre como incluir los enfoques diferenciales en escenarios de incidencia, tanto en el ejercicio de participación de la Escuela de Paz, como en otros escenarios.

6.

La Escuela de Paz acercó a las víctimas y a las organizaciones de víctimas con los y las representantes de las CITREPS. Producto de los espacios de diálogo participativo, los y las representantes han retomado los documentos de incidencia elaborados por las víctimas en los espacios de la Escuela de Paz como iniciativas de política pública. En el año 2023, en el marco de la sesión de trabajo de la Mesa de Participación de Víctimas de los Montes de María, el representante Luis Ramiro Ricardo Vuelvas de la CITREP 8 8 (Sucre y Bolívar), frente al Proyecto de Ley 014 de 2013 que busca garantizar la salud mental en Colombia, presentó una proposición para que se tenga en cuenta el enfoque psicosocial como forma de atención y reparación a las víctimas del conflicto armado, con priorización en los municipios PDET.  

7.

La Escuela de Paz ha generado espacios y sucesos concretos para el perdón y la reconciliación de las víctimas. En la Circunscripción de Magdalena, Guajira y Cesar, pese a la resistencia de varias víctimas participantes que no estaban dispuestas a dialogar, luego del proceso formativo de la Escuela, guiado por el enfoque de reconciliación y construcción de paz, fue posible generar alianzas entre las víctimas y el representante de la Curul de Paz del departamento del Cesar, Juan Pablo Tovar, hijo del jefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, en la búsqueda de impulsar las agendas locales en temas de tierras y seguridad. La presencia de Juan Pablo Tovar en la Escuela de Paz supuso inicialmente una afrenta para las personas víctimas partícipes que se transformó en una acción de reconciliación, en virtud de las reflexiones profundas sobre el perdón tejidas en los espacios.

8.

La Escuela de Paz logra construir confianza y generar alianzas entre organizaciones de víctimas. En el departamento de Arauca el logro de la Escuela de Paz fue generar confianza entre las organizaciones de víctimas que habían estado polarizadas por las tensiones y confrontaciones de los grupos armados presentes en el departamento. Las organizaciones de víctimas expresaron que tradicionalmente trabajaron desarticuladas, guiadas por exigencias específicas, y advirtieron la oportunidad de trabajar en coordinación dirigidas por propósitos y necesidades comunes.

BUENAS PRÁCTICAS

“El respeto, el conocimiento y la metodología encajó perfectamente en las capacidades de cada persona”. Bibiana Ríos, lideresa amalfitana participante de la Escuela de Paz

1.

Los contenidos y metodologías, desde la práctica y la coherencia, impulsan los procesos de construcción de confianza y fortalecimiento de las capacidades de las víctimas participantes. Las metodologías de trabajo para los encuentros presenciales y virtuales no solo han permitido que los y las líderes afiancen sus conocimientos y fortalezcan su liderazgo político sino que han derivado en sucesos de rehabilitación psicosocial donde las mujeres Líderes manifiestan haber aprendido a sanar, y ayudar a sanar, para continuar la vida.

“La selección de los participantes se hizo con un objetivo común: reactivar las luchas territoriales y construir una agenda para las víctimas”. Esperanza González, PNUD.

2.

El PNUD garantizó la participación mayoritaria de mujeres, en la Escuela de Paz y creó espacios de diálogo entre Lideresas afianzadas y Lideresas en formación para edificar redes de apoyo y de trabajo colaborativo. El proceso de creación de la Escuela de Paz cuenta con la información y experiencia previa de procesos y ejercicios de formación con víctimas y organizaciones de víctimas. Esta selección cuidada, de las mujeres y personas participantes de la Escuela, garantiza la sostenibilidad del proceso en el tiempo y la permanencia y arraigo de las víctimas a las redes de apoyo creadas entre las organizaciones de víctimas.

3.

Construir colectivamente las iniciativas, como elemento esencial de la metodología de la Escuela, permite una mejor y mayor apropiación del conocimiento de los procesos y deberes institucionales que tiene que ver con la garantía de los derechos de las víctimas, y de las herramientas de trabajo. Mientras los y las líderes aportan a la conversación desde sus vivencias, junto a los contenidos teóricos y las metodologías, las personas participantes afianzan los conocimientos.

4.

Preparar herramientas y contenidos para que el conocimiento de la Escuela de Paz se multiplique en las comunidades donde habitan los y las líderes. La Escuela de Paz busca que quienes se forman en los espacios sean maestros que repliquen y expandan los aprendizajes en los territorios.

5.

Disponer un equipo interdisciplinario en el diseño y desarrollo de los contenidos y metodologías de la Escuela de Paz permite abordar de forma integral la formación y el fortalecimiento de capacidades de las víctimas; desde el enfoque de derechos humanos, el enfoque jurídico y el enfoque psicosocial.

LECCIONES APRENDIDAS

1.

Por la diversidad de contextos, necesidades y territorios de las víctimas, algunas metodologías de trabajo pueden tener más efectividad en algunas circunscripciones que en otras. Las acciones de digitalización o los encuentros para el trabajo en grupo, en regiones como el Bajo Cauca, Urabá o Quibdó tienen más dificultades por el acceso a internet o con distancias muy largas para encontrarse físicamente, a diferencia de regiones como Arauca o Montes de María que pueden tener relativamente un mayor acceso a internet o más facilidad para encuentros presenciales

2.

El trabajo de fortalecimiento de capacidades y participación política tiene diferencias según los contextos y características de la población víctimas. De manera que los contenidos, y metodologías, deben ajustarse en plazos, alcances y actividades. Por ejemplo, fortalecer capacidades de comunidades y mujeres indígenas es un reto por las asimetrías de poder entre sus miembros y su heterogeneidad, en términos de lenguaje, cultura y pensamiento. Estas condiciones requieren que los contenidos y metodologías de la Escuela de Paz se ajusten a estas necesidades.

3.

Es necesario que el PNUD participe y acompañe la fase de multiplicación de conocimientos que hacen los y las Líderes en los territorios. Guiar la formación de quienes participan en la Escuela no basta para asegurar la réplica de conocimientos en las comunidades. Los y las líderes requieren como mínimo: materiales para desarrollar los contenidos, insumos para llevar a cabo las actividades, un equipo que sea apoyo en la solución de inquietudes. Realizar el acompañamiento a las réplicas permitirá hacer un balance de cómo esa difusión de conocimientos fortalece los procesos de las comunidades.

DIFERENCIADORES

La Escuela de Paz es un proceso de formación y de construcción conjunta que, al ser sostenido en el tiempo, se diferencia de otros procesos de fortalecimiento de capacidades a víctimas que se reducen a un encuentro o a la transmisión de información. Fortalecer capacidades y transformar realidades de las víctimas solo es posible a partir del encuentro y el diálogo continuo, y a través de metodologías que propician la generación de confianza entre los participantes.

APUESTAS FUTURAS

La Escuela de Paz podría impulsar la definición y difusión de la visión de desarrollo de las víctimas, mediante el diálogo político en los territorios. A partir de la relación entre conflicto armado y economías extractivas, un cuarto módulo de las Escuelas de Paz podría enfocarse en vincular a mujeres y hombres líderes que luchan contra las economías extractivistas a las apuestas e iniciativas de las Curules de Paz, con el propósito de construir el estado del arte y diseñar propuestas innovadoras para la construcción de paz y el desarrollo, donde el medio ambiente sea la prioridad.

La Escuela de Paz podría dar respuestas integradoras y soluciones duraderas para las víctimas. Independientemente de los procesos, las víctimas buscan respuestas articuladas y completas en términos de generación de ingresos, medios de vida y mecanismos que permitan su dignificación. Es una oportunidad para el proceso que, en futuras Escuelas de Paz, se incorporen soluciones integradoras. En las apuestas de trabajo del Área de Paz, Justicia y Reconciliación del PNUD, la estrategia de trabajo con población reincorporada podría ser replicable en el trabajo con víctimas y organizaciones de víctimas en el diagnóstico de necesidades, fortalecimiento de habilidades financieras y otras metodologías del PNUD para la generación de ingresos, vía empleo y emprendimiento

ASISTENCIA TÉCNICA A PROYECTOS PRODUCTIVOS DE MUJERES

Se brinda asistencia técnica a 44 proyectos liderados por un total de 222 mujeres firmantes de paz en actividades agropecuarias, industriales, de comercialización y de servicios.
 
La asistencia cubre las dimensiones técnica, comercial, financiera, administrativa y la aplicación de los enfoques diferenciales. Con esta labor se busca apoyar la autonomía económica de las mujeres, el desarrollo de sus capacidades emprendedoras y el goce pleno de sus derechos.
 
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